Ira y Hostilidad
La mayoría de nosotros nos enojamos de vez en cuando, sin embargo, si lo reflexionamos, lo hacemos muchas veces por cosas que son triviales. Si te sientes frustrado con frecuencia, gritándole a tu pareja, criticando a tus colegas y amigos, tocando el claxon en el tráfico, arrojando cosas alrededor de la casa, entonces es posible que debas tomar tu enojo más en serio y hacer algo al respecto. Durante los muchos años que he estado viendo pacientes, te puedo decir que muy pocas personas vienen y dicen, El marido, por ejemplo, “Tengo un problema con mi ira”, o bien la esposa que dice, “Mi jefe cree que tengo un problema. «o, en algunos casos “Me detuvieron por falta de control de la ira y es parte de mi acuerdo con el juez”
Vamos a distinguir entre sentirse enojado y ser hostil. Tu emoción – rabia – puede ser un evento privado que sólo tú conozcas. Puedes estar en la fila con impaciencia, sintiéndote frustrado y sólo te sientes muy enojado, pero no dices nada y no haces nada. O puedes empezar a gritarle a otras personas en la fila y que todo el mundo de inmediato, a tu alrededor, sepa que estás enojado. Cuando en tu ira gritas, criticas, amenazas, o expresas sarcasmo, estás siendo hostil. Es tu hostilidad la que está presente. Ten en cuenta que no tienes que actuar por puro sentimiento. Esta observación puede parecer muy simple, pero es muy importante. Te ayuda a reconocer que básicamente tienes la opción de decidir lo que harás.
¿Cuáles son los costos y los beneficios de ser hostil? Pregúntate cuáles son las consecuencias haz tenido tanto tú como las personas que te rodean. ¿Has perdido amigos, molesta a tu pareja y a tus hijos, ¿Has ganado la reputación de ser una persona difícil? La ira puede aumentar tu presión arterial y el riesgo de enfermedades del corazón. Pero la ira también puede tener beneficios – al menos, es lo que se podría pensar. Se podría pensar que la gente te tome más en serio, te respete, te tenga miedo, por lo tanto, ¿Por qué no recomendarles a tus amigos que se vuelvan más enojones?
Da un paso hacia atrás, aunque sea por un minuto o dos – para pensar las cosas. No tienes que responder de forma inmediata ¿Cuáles son las consecuencias de ser hostil? ¿Vale la pena? ¿Por qué no dejarlo ir y aceptarlo como un «bache en el camino», en lugar de desafiarlo a un duelo?
¿Qué te estás diciendo que te hace estar tan enojado? Puedes volverte aún más enojado cuando te tomas las cosas personalmente, interpretas la conducta de demás como intencionadamente provocadora, ves las situaciones como si se tratara de una catástrofe, etiquetando a las otras personas como malas personas.
Examina tus pensamientos y pregúntate si por este evento vale la pena enojarse más. Pregúntate si vale la pena aceptar que la gente no siempre está a la altura de sus expectativas – y que no tienes por qué molestarte al respecto.
¿Tienes un libro de reglas que te hace sentir aún más enojado? Es posible que tengas una lista de «deberías» acerca de cómo otras personas deben actuar – y esto te va a hace enfurecer cuando las personas no siguen las reglas. Ejemplos de ello son «deben conducir más rápido», «esta fila debe moverse más rápido», «la gente siempre debe ser educada y respetuosa», «todo debe ser justo», y «la gente no debería estar en desacuerdo conmigo.» ¿Qué pasa si se te cae el libro de reglas y simplemente observas que el mundo es como es y no fue construido para tus reglas?
Mantén un registro de las situaciones que conducen a tu ira y hostilidad. Mantén un registro de tus pensamientos y trata de utilizar estas ideas. Puedes cacharte menos enojado – y menos ansioso – y las personas que se preocupan por ti, podrán apreciar tu progreso. Puedes controlar tu ira en lugar de dejar que ella te controle a ti.
Dar el primer paso, no es fácil pero si tienes problemas para controlar tu ira, la terapia psicológica, en especial la Terapia Racional Emotiva Conductual y Terapia Cognitiva es una alternativa muy eficaz que te enseña a entender tu ira y a tener respuestas más adaptativas y de control para poder relacionarte de manera satisfactoria en cualquier ámbito de tu vida.
Da el primer paso y ven a terapia